A LA MAR

 

"Debo bajar a los mares otra vez, al mar solitario y al cielo, y todo lo que pido es un barco alto y una estrella para guiarlo; y el pateo del timón y el canto del viento y el temblor de la vela blanca, y una niebla gris sobre la superficie del mar y un amanecer gris rompiendo".

De "Fiebre del mar", John Masefield

Contemplo la mar agitada desde lo alto del acantilado, las olas golpean una y otra vez las paredes verticales incansablemente , tal vez estén juegando entre ellas a ver cual es la que más alto llega, mientras yo, las miro por una ventana entornada que asemeja un rostro, fue el viento quien ha moldeado caprichosamente esa forma en la roca desde la que yo miro, las olas y como la espuma emblanquece un mar siempre teñido de azules, me asomo por el pequeño agujero y lo contemplo como si fuese el capitán de un barco que navega por ese mar y mira con su catalejo buscando inquieto la presencia de la tierra, tierra que mis pies pisan  y mientras miro por ese agujero/catalejo a mi mente se vienen unos versos del poeta de la mar, el gran Alberti:

El mar. La mar.

El mar. ¡Sólo la mar!

¿Por qué me trajiste, padre,

a la ciudad?

¿Por qué me desenterraste

del mar?

Prósigo mi camino por aquellos acantilados que las olas intentan alcanzar en vano y sobre ellos veo los restos de lo que fue un árbol; árbol que aguantó la furia de tantos temporales, que acabaron quebrando sus ramas y sobre sus restos ahora ya sin vida se posa un pajarillo que con su alegre piar intenta en vano enmudecer el bramido de las olas que insisten en asomarse tal vez para ver quien es el que tan alegremente canta. Yo, miro y me siento, allí mismo sobre la hierba mirando a la mar y al pajarillo que al poco decide irse y yo me quedo allí solo mirando a lo que hasta hace poco fue un árbol y recordando aquel poema que nos regaló Sara Búho.

Espérame, porque volveré.

Espérame nunca quieto,

siempre salvaje,

siempre en movimiento.

Tu caos es mi calma,

tus gigantes son mis pequeñas cosas.

No me ahoga tanta inmensidad.

Conserva sólo mis recuerdos,

que desde aquí yo los cuido

mientras te prometo que volveré.