SER

 

"Eu son libre. Nada pode protexer a marcha dos meus pensamentos, e eses son a lei que rexe o meu destino".

Rosalía de Castro

El amanecer le pilló con la cabeza apoyada sobre el cristal de la vieja ventana, había pasado casi toda la noche con la mirada perdida entre la luna y las estrellas, sus dedos dibujaron líneas en el vaho del cristal, la habitación estaba desordenada, la cama abierta y fría, el reloj marcaba pausadamente los minutos, acercó sus labios a su reflejo en el cristal y lo beso. Una lagrima cayó por su mejilla, mientras sus manos borraban los trazos dibujados en el cristal. Las luces comenzaban a apagarse, estaban siendo sustituidas por unos débiles rayos de sol, cerró la cortina, se sentó en la cama y cruzó las manos sobre la cabeza. Contempló la desordena habitación, se recostó sobre la almohada, cerro los ojos y se durmió. Entonces, justo en ese preciso instante comprendió que nunca iba a ser libre.

Carlos