“Los gorriones son unos pájaros interesantes. Tienen dialectos únicos para cada región que habitan. Si Waterton tenía algún sonido, era el gorrión solitario, llorando por su pareja. El trino era pacífico, pero melancólico”.
Danika Stone

Llevaba un rato sentado en el parque, la mañana gris estaba amenizada por el canto de los gorriones, contentos porque habían comido las semillas que alguien les había dejado como siempre en el lugar acostumbrado, la gente iba y venía ajena a aquel murmullo y los gorriones se desplazaban de árbol en árbol, de rama en rama, de seto en seto, de banco en banco, en un continúo ir y venir que a mi me ensimismaba, dos de los más parlanchines se posaron no muy lejos de donde yo me encontraba, distraídos fijaban su mirada despreocupada a un lado y a otro comprobando que no hubiese peligros inmediatos...
Entonces fue cuando capte su conversación, acostumbrado como estaba a pasarme horas en aquel parque casi todas las mañanas, había leído que los gorriones tenían dialectos para cada región que habitan y sin dudarlo estos dos eran de la zona en la que yo me encontraba:
- ¿Tú ves a alguien?, le preguntó el mas lejano al que se encontraba más cerca de mi.
- Nada por la derecha.
Respondió el más cercano, mientras los dos posaban la vista a la derecha.
Y volviéndose a su izquierda ambos fijaron la vista comprobando que tampoco hubiese nadie.
- Nada a nuestra izquierda, dijo el más lejano.
- Nada de nada, corroboró el más cercano a mi.
Entonces ambos se giraron y al verme:
- Está a nuestra espalda, huyamossss!!!!!, dijo el más lejano.
- Huyamossss!!!! dijo el más cercano.
Y los dos echaron a volar alejándose del lugar donde yo me encontraba, me quedé un rato más sentado en aquel parque mientras la gente iba y venía y los gorriones se desplazaban de árbol en árbol, de rama en rama, de seto en seto, de banco en banco intercambiando sus alegres conversaciones.
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