RODEANDO EL TIATORDOS


Las doce y un minuto de una noche estrellada, calurosa, las luces de Taranes poco pueden hacer para iluminar en la oscuridad de la noche, avanzamos por el camino iluminado por la lucecita de nuestro frontal, hace catorce horas y diecinueve minutos que salimos de este lugar por el lado contrario pero os puedo jurar si me preguntáis que apenas han transcurrido unos minutos, que nuestra partida sucedió un instante antes de nuestra llegada y que todos los senderos, caminos, sedos, canales, bosques, brañas... que hemos visto se fueron pasando a la misma velocidad que fueron transcurriendo nuestras conversaciones y que aquel atardecer que presenciamos en la montaña sucedió en el instante justo en el que sobrepasamos el cartel que anuncia la ruta, a una montaña que aquí dicen perfecta y a la que yo añadiría si me lo permitís mágica, porque magia es convertir el paso de las horas en el transcurrir de unos minutos y magia es regalarnos tantas cosas en ese pequeño espacio de tiempo, magia es que esta allí sentado y ver como desfilan ante ti cientos de rebecos, magia es ver como descienden iluminados por el sol del atardecer de esa montaña tus dos compañeros con una sonrisa en su rostro, magia es comer a las ocho de la tarde cuando apenas queda una hora de luz y magia es descender durante tres horas en completa oscuridad disfrutando de un bosque que yo les iba describiendo y ellos se lo iban imaginando....

Las doce y un minuto de la noche en el pueblo de Taranes señor Tejón y señor Ñoco... ¿a que hora cenamos?


La música que acompaña a estas fotografías
es de Kitaro
y la canción elegida se titula "Silence"


Comentarios

Entradas mas visitadas: