LA DANZA








Y allí sobre aquellos tejados recalentados por el sol que iluminó aquel día que finalizaba las esperé, y mientras disfrutaba contemplando como aquel sol azotador comenzaba a esconderse tímidamente detrás de aquellos tejados, al alzar la vista sobre aquellos cielos las vi llegar, dejándose mecer por el aire, descendiendo acompasadas se posaron en el tejado de aquella casa que ya habían convertido en su hogar, mientras el cielo tras ellas comenzaba a alzar el telón fundiéndose en mil colores y yo, yo era el espectador privilegiado que sentado sobre las calientes tejas esperaba el comienzo de su obra y allí sobre aquel tejado ellas fueron interpretando su danza, una danza lenta, acompasada en el con sus alas, con sus cuerpos, con sus picos fueron dibujando sombras chinescas en una escenografía sin pauta, sin guión, mientras el sol que desaparecía a sus espaldas se negaba a abandonar aquel bello espectáculo que estaba contemplando y yo aplaudía a rabiar desde aquella primera fila por tantos deseada pidiendo una y otra vez que aquella obra no acabase jamás y que por una vez, por una sola vez el tiempo, el del reloj se detuviera para siempre y allí en aquel tejado ellas me mostraron su danza....

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