L´OYU LA MADRE

 

La montaña: un sueño, una ilusión, una forma de vivir...


Tenía muchas ganas de volver, de escuchar nuevamente el rugir del agua surgiendo de ese agujero en la roca, de percibir esa sensación de encontrarme en un lugar cargado de magia y simbología. 

Elegí este recorrido para rendir homenaje a un compañero y amigo con el que compartí montaña y amistad; desgraciadamente hace tiempo que nos dejó y que siempre tengo en mi recuerdo. 

El lema que figura en el encabezamiento de este artículo es como se llama su Blog. Todo un cuaderno de campo para los amamos la montaña y también la naturaleza. Al final de este artículo os dejo el enlace por si os apetece visitarlo. Santos desgraciadamente nos dejó pero su blog permanecera para siempre recordarnos su gran trabajo y su amor por la montaña y la naturaleza.


Salimos como otras muchas veces del aparcamiento habilitado en los Lagos de Covadonga y conocido como La Buferrera, es temprano y a esa hora la montaña se presenta silenciosa y con una luz preciosa. El sol luce en este fresco día de invierno y comienza a adueñarse de las sombras haciendo que apetezca caminar. Nuestros primeros pasos nos llevarán en dirección al Centro de Visitantes pero pronto tomaremos un sendero a nuestra izquierda que desciende buscando la impresionante Vega de Comeya.


El sendero zizaguea por la Foz del Escaleru y sus vueltas y revueltas nos llevarán a contemplar los restos del antiguo teleférico por el que el mineral extraído en las minas de Buferrera era bajado a Comeya. Nuestro sendero nos llevará a penetrar en un túnel excavado en la roca conocido como el Túnel del Furacu, no es muy largo y al final remata en una gran bóveda que impresiona. Continuamos descendiendo un corto tramo hasta alcanzar la verde pradera de Comeya.


Comeya es un gozada y un disfrute en todos los sentidos, en ella se ubica la majada del Apretadoriu y cerca de ella la única fuente por la que vamos a pasar en el recorrido: La Friera (pasaremos por una segunda pero no tiene agua). La Vega la vamos a remontar por nuestra izquierda, la senda es intuitiva aunque en algunos tramos se encuentra bastante tomada por el agua y el barro. Contemolsmos frente a nosotros la figura imponente del Cantón de Texeu siempre  cerrando la Vega que será la referencia en buena parte de esta ruta.


Iremos ascendiendo lentamente por la ladera de Cuenye la Cubiliega en dirección a una segunda majada: Soñín de Abajo. Desde allí avanzaremos por zona de pastizal y algún que otro sendero que vamos encontrando siempre en dirección al Llano El Espino, lugar donde se encuentra la pista que viene del pueblo de Demués (Onís). 


Un corto tramo por pista hasta coger un desvío a nuestra izquierda que nos llevará a otra majada: Sonín de Arriba; tras una breve parada en este majada iniciaremos aquí el descenso hacía el Oyu La Madre.


 Desde la majada seguiremos por praderia y sin camino evidente en dirección a las paredes del Cantòn de Texeu para asomarnos al Valle La Nueva.


Frente a nosotros los inmenso paredones de la Peña Ruana y sus canales que bajan hasta el cañón del río Casaño, tambien otra conocida montaña de este Macizo Occidental: el Jascal. El sendero discurre por una canal sin más problema que ir descendiendo las sucesivas terrazas que iremos encontrando; al inicio se estrecha en un cierre ganadero formado por un muro de piedras y alambre de espino que tendremos que atravesar.


Seguiremos descendiendo primero por un tramo sin mucha dificultad en el que el sendero se camufla entre la pradería y luego ya iremos bajando hasta el lomo de una especie de hombro; allí el sendero empieza a descender presentando más desnivel, la bajada puede resultar complicada por el barro y hay que extremar las precauciones de comprobar donde se pisamos y asegurar bien los agarres para ir descendiendo, sin prisa.


Vamos encajonados en una canal, entre árboles, en algunos momentos (pocos) aparece algún jito, si son más intuitivas las trazas de camino aunque hay momentos puntuales en los que este desaparece, siempre iremos encontrando sendas propicias para ir descendiendo. La canal es una preciosidad, pronto comenzaremos a escuchar el murmullo del agua del río Casaño; Zhay que detenerse a mirar, el lugar es de cuento de hadas, musgos y líquenes cubren los arboles y sus ramas embellecen aún más un paisaje hermoso, muy hermoso.


Finalmente entre la maraña de árboles y ramas aparece el río, descendemos con cuidado los últimos metros que nos separan de su orilla y arrimados a nuestra derecha iremos superando el último tramo hasta un caótico mar de piedras que tendremos que ir superando para contemplar lo que ya oímos: el estruendo del agua es el indicador de la proximidad del Oyu.


Nos elevamos sobre una enorme roca y ante nuestro ojos aparece nuevamente este lugar que ya está en nuestro corazones: L´Oyu la Madre. 

Una preciosa cascada que brota del interior de la tierra surgiendo de la roca caliza y que es el nacimiento de un río: el Casaño. 


El agua de los arroyos y regueros que descienden a las majada de Belbín, la Vega Espines, la riega Esquerro, los arroyos de La Güeleg, la Redondiella y de todo el entorno de esa zona se van filtrando en el interior de la tierra y crean un enorme lago subterráneo debajo de la vega de Belbín. Esa agua subterránea es la que vemos salir por ese agujero en la tierra: L´Oyu la Madre.

El lugar es mágico, el estruendo del agua es espectacular, encajado en lo más profundo del cañón, el musgo de las rocas, la paz que transmite y que se respira hacen que te apetezca quedarte allí sentado, mirando, eescuchando, ensimismado en tus propios pensamiento, desconectado completamente del mundo.... pero hay que seguir. 


Para regresar hay que retomar o intentar retomar el camino por el que hemos bajado. Sin mucha complicación y sin prisa iremos ascendiendo, primero separándonos del río, alejándonos del estruendo del agua y cuando recuperemos el silencio comenzaremos a subir las sucesivas terrazas que hemos ido bajando hasta llegar finalmente al murete de piedras y alambre de espino que volveremos a atravesar.


Desde ahí subiremos un poquito más hasta llegar a una especie de caseta o parada de autobús que se encuentra en la pista que viene de Demues, allí pararemos a comer algo para recuperar de la exigente bajada y subida; también como no para ver por última vez la preciosidad de la Vega de Comeya.


Hay que volver a Buferrera y para ello seguimos por la pista en dirección al Collado La Colladina; la posta va faldeando el Cantón de Texeu, que apetece volver a subir pero que dejaré para otra ocasión, los días son cortos y aún queda camino para llegar. Proseguimos por pista hasta la Vega de las Mantegas.


Desde las Mantegas el camino se dirige a una nueva majada de los Picos: Belbín. Recordáis donde se encuentra el lago subterráneo cuyas aguas salen en el agujero de L´Oyu la Madre; pues sí, aquí bajo nuestros pies, en esta preciosa vega del Concejo de Onís.


Seguimos caminando hacía el Collado de Llomba Cangas para llegar a la majada de La Llomba, otro conjunto de cabañas en una preciosa vega que da gusto recorrer y disfrutar. Apetece quedarse en una de ellas, la verdad.



Pero hay que seguir caminando para llegar al Campo La Tiese ya cerquita de uno de los lagos de Covadonga: el Ercina. Cruzo los campos y me acerco a las aguas del lago, un espejo que refleja la inmensidad de este mundo de montañas que son los Picos de Europa, todo un disfrute para los sentidos.


El camino se desvía hacía las antiguas minas de Buferrera (cerradas en el año 1.979 y donde se extraía hierro y manganeso), seguimos por el camino que se dirige al Centro de visitantes y de allí al aparcamiento de Buferrera, lugar donde empezamos y finalizamos esta preciosa ruta. 


Parada obligada al salir a la carretera, detenerse un largo momento a disfrutar del espectacular Lago Enol, a esta hora es otro espejo que refleja la inmensidad y la grandeza de este lugar en el que me encuentro: el Macizo Occidental de los Picos de Europa. Me siento a contemplarlo en medio de la paz que me transmiten estas montañas, estos lugares, después de horas caminando en la más absoluta de las soledades, sumergido aún en la magia del L´Oyu la Madre. 

Siempre es un placer volver, siempre.

Gracias Santos por guiarme en esta ruta 🙏







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Comentarios

  1. Una belleza de lugar y de imágenes... saludos

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  2. Hola.
    Hay algo profundo en imaginar el agua filtrándose en la tierra.

    Naturaleza asombrosa.

    Gracias. Saludos desde Japón, el Lejano Oriente.
    ruma

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