BOSQUE
El shinrin-yoku o terapia de bosques comenzó a practicarse a principios de los años ochenta en Japón para poner en valor los grandes bosques que ocupan más del sesenta por ciento de la superficie de un país en el que la población es inminentemente urbana. Consiste es dar un paseo por el bosque, de unas dos horas, observando detenidamente lo que nos rodea y sobre todo el eco que la luz, los sonidos o los olores del bosque tienen en nosotros.
Cruzas por el crepúsculo.
El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso, de tan impenetrable.
Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pájaro no sabe
que estás allí, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que tú estremeces, traspasando
las últimas fronteras de la tarde.
Angel González
El aire
tienes que separarlo casi con las manos
de tan denso, de tan impenetrable.
Andas. No dejan huellas
tus pies. Cientos de árboles
contienen el aliento sobre tu
cabeza. Un pájaro no sabe
que estás allí, y lanza su silbido
largo al otro lado del paisaje.
El mundo cambia de color: es como el eco
del mundo. Eco distante
que tú estremeces, traspasando
las últimas fronteras de la tarde.
Angel González
Las hayas, son de los Montes de Pierva (Ponga-Asturias)














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