LOS MOLINOS DE VIENTO DE CAMPO DE CRIPTANA


“En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel Campo…”

Miguel de Cervantes


La primera vez que estuve en Campo de Criptana solo puede ver aquellos molinos desde la distancia, en aquella ocasión fue solamente una parada en un largo camino que me llevaba a otra provincia y a descubrir otros bellos rincones de nuestra geografía, pero en mi retina quedó guardada aquella visión de los molinos, esos enormes gigantes sobre aquel precioso pueblo de la Mancha. Así fue que mi insistencia al final cobró su fruto y nuevamente volvía a detenerme en Campo de Criptana y sin dudarlo me fui a su encuentro.


Apenas se conservan diez molinos de aquellos treinta con los que Cervantes iniciaba el capitulo octavo de su impresionante obra "El Quijote" y aún así uno puede imaginarse lo que tuvo que ser aquella visión para aquel hidalgo. Tres de ellos, los conocidos con los nombres de "Sardinero", "Infanto" y "Burleta" continúan batiendo el aire desde que fueron construidos allá por el siglo XVI, testimonió de aquella época en la que en aquel campo sobre Criptana las aspas de una treintena de molinos se batían sobre este hermoso pueblo castellano manchego.


Uno al llegar disfruta y lo hace desde que empieza a subir por aquellas calles empedradas entre casas blancas y algún que otro toque azulado, un blanco que invita a dibujar sobre él, como hace aquel sol, con los molinos, con las fachadas, con nuestras sombras y si de lejos te los imaginas grandes, de cerca aún es más cierto que son gigantes, con esas enormes aspas retenidas, a la espera de vientos. 


Los caminos nos van llevando de un molino al otro y así vamos pasando por los otros siete que datan del año 1.900 y vamos leyendo sus nombres, porque todos lo tienen, un nombre y dentro de cada uno de ellos albergan un museo o como el último la oficina de turismo: "El Inca Garcilaso" que acoje el museo de Labranza; "El Cariarí" donde se encuentra el museo de Enrique Alarcón; "El Quimera" en cuyo interior encontraremos el museo de la Semana Santa; "El Pilón", que acojo el museo del Vino; "El Lagarto" en el que encontraremos el museo de la Poesía; "El Culebro" museo de una insigne criptanense: Sara Montiel; y finalmente "El Poyatos" donde encontraremos la Oficina de Turismo.


Fue en el año 1.978 cuando el estado declaró este conjunto "Bien de Interés Cultural", merece la pena y mucho perderse por los preciosos rincones del barrio del Albaicín, descendiendo y ascendiendo por la estrechez de sus calles, descubriendo rincones, sus casas con sus preciosos tejados de teja árabe pintadas en blanco y añil. Merece y mucho la pena disfrutar de la belleza de todo este conjunto de este bello pueblo que es Campo de Criptana (Ciudad Real-Castilla La Mancha).




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